Ayudantía Saúl

sábado, 27 de marzo de 2010

Freud: Escritos Técnicos - Transferencia

“La transferencia se produce necesariamente en una cura psicoanalítica y alcanza su consabido papel durante el tratamiento”

Tomo esta primera afirmación de Freud para problematizar un punto que no queda resuelto en la discusión acerca de la transferencia. De acuerdo a lo planteado, y a la experiencia clínica, el fenómeno llamado transferencia es un observable que no puede dejar indiferente. Sin embargo, existen afirmaciones y líneas de pensamiento que pueden llevar a conceptualizaciones de la naturaleza de los fenómenos transferenciales muy diversas.

De acuerdo a la cita anterior, y otros extractos, existe una cierta especificidad, en lo que a la transferencia se refiere. Desde una perspectiva, las resistencias que rondan a lo transferencial son directamente provocadas por la situación analítica. En la relación de “médico” con su “paciente”. Desde esta mirada, podría atribuirse una cierta unidad radical de la relación transferencial. ¿Es posible que no pueda existir en instancia alguna otra relación idéntica? ¿Tiene esto alguna relación con la necesidad de mantener estrictamente un “setting” o encuadre?

Sin embargo, otras líneas nos llevan a pensar en una transferencia más asociada a la repetición compulsiva. De acuerdo a éstas últimas, todos nuestros vínculos en la espontaneidad del vivir estarían afectados de una u otra manera por determinaciones inconscientes homologables a la transferencia. Por ejemplo, no habría amor que no repitiese compulsivamente. Desde esta perspectiva, “no corresponde anotar en la cuenta del psicoanálisis aquellos caracteres de la trasferencia, sino atribuírselos a la neurosis”. ¿Es entonces lo transferencial un indicio de neurosis? ¿Podríamos hablar de una cierta transferencia generalizada, compulsiva, y estructural en la psique del neurótico?

El concepto de resistencia sitúa a la transferencia dentro de la relación médico-paciente, y el concepto de acto (como contraste de recuerdo y elaboración) la pone en el día a día. ¿Qué distingue una repetición de otra? ¿Es la reelaboración, y la tarea analítica el factor que hace la diferencia entre transferencia y acto? Y finalmente, ¿puede haber transferencia sin hacer referencia al psicoanálisis?

5 comentarios:

  1. En base a los textos y lo que discutimos en la ayudantía, me quedaron varias ideas dando vuelta. Entre ellas la pregunta sobre la transferencia de los psicóticos. Desde Freud se podría afirmar que no hay transferencia en esta estructura (sólo hace diferencia entre neurosis y psicosis, diciendo que la transferencia es sólo propio de la neurosis), ya que en la psicosis existe un funcionamiento narcisista, en el que la realidad externa no es tomada en cuenta y por lo tanto la posibilidad de establecer transferencia con un otro sería imposible. Esto implicaría que al ser la transferencia el motor del análisis…¿algunas estructuras no serían susceptibles a este tratamiento por lo que sería poco productivo su mirada desde esta postura teórica?
    Pero desde otras miradas, como Bion, el psicótico si instauraría transferencia, pero ésta sería de una cualidad distinta al de un neurótico o limítrofe, ya que sería de una instauración más rápida pero más voluble si no es tomada en cuenta. Por lo tanto desde esta segunda postura la transferencia no sólo dependería de la individualidad de cada uno, sino que también podría ser caracterizada y categorizada según la estructura de personalidad. En este sentido se podría pensar la transferencia como una situación más cotidiana pero que es tomada en cuenta como tal por quién trabaja con ella, ya que en otros contextos sólo sería parte de la relación interpersonal. Pero ¿hasta que punto, entonces, podríamos interpretar una relación de cualquier tipo como mera transferencia?, si al final ésta es creación de algo tan subjetivo como la relación entre personas.

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  2. A modo de respuesta a la discusión que se dio lugar en la ayudantía y quizás con el error de caer en lo obvio, creo estar de acuerdo con ambas posturas que se discutieron ¿Cómo? Por un lado la transferencia evidentemente es algo que se da constantemente en nuestra vida cotidiana, en donde en cada relación o acto estamos influidos por aspectos del inconsciente con carácter de transferencia. Por lo que necesariamente la transferencia no es de exclusividad del psicoanálisis, creo que al conocer una persona ante tan solo la primera impresión de ésta, al observarla y evaluarla no podemos conocerla en forma neutra o pura. Instantáneamente el inconsciente participa proyectando o actuando ciertos aspectos propios en la persona, dando cabida a una transferencia que incluso ocurre en un primer contacto casual. Creo que estos elementos transferenciales son los que explican cómo puede ser que en una primera convivencia, ciertas personas nos den sin demora la sensación de antipatía y por otro lado con algunas sintamos una empatía instantánea. Estas son meras sensaciones sin elementos objetivos que las fundamentes, son aspectos transferenciales los que entran en juego al igual que me atrevo a opinar que ampliando el concepto de resistencia ésta también se juega en la vida cotidiana. Somos sujetos de nuestra historia, de nuestro pasado el cual se repite en nuestros vínculos actuales pudiendo ciertos elementos inconcientes atentar contra ciertos vínculos actuales funcionando en forma de resistencia en la actualidad. Por lo que resistencia como lo que se opone al tratamiento es algo que claramente no se da fuera del contexto paciente-medico, pero resistencia tomada como algo que se opone o impide crecimiento o nuevos vínculos si se da en la vida cotidiana. La diferencia es que es una transferencia que no es utilizable como herramienta ¿en que sentido?
    Sin contradecir el apartado anterior, lo que sí es del uso particular del psicoanálisis es el uso específico que se hace de la transferencia en el contexto de la cura psicoanalítica. Por lo que aunque creo posible que la relación transferencial se de entre padre-hijo, mujer- marido, hermanos creo que en el contexto médico-paciente adquiere una especificidad, significación, y sentido bastante distinto. Solo por el contexto y encuadre estamos ante una persona que se escapa de mi vida cotidiana, es alguien externo con el cual tengo cierta distancia y desconozco gran parte de su vida. Por lo que se actúan aspectos inconscientes, creo, con mayor facilidad. Es solo en el contexto de terapéutico donde se da la posibilidad de trabajar esta transferencia y las resistencia, se da la oportunidad de reelaborar el recuerdo y como se dijo en la ayudantía ser un “catalizador” del tratamiento. Por lo que la transferencia como “herramienta” postulo que es algo específico del psicoanálisis. Como se dice en el texto es en este contexto de análisis en donde se aprovechan estas fuerzas pulsionales para trabajar con el paciente. Se reorienta la transferencia hacia sus orígenes inconscientes ayudándole al paciente a llevarlo a la conciencia para así gobernarlo
    Por lo que creo que en cierto sentido hablar si la transferencia es específica de la neurosis o del psicoanálisis carece de sentido, ya que es un fenómeno que se da en ambos pero son distintas caras de un mismo fenómeno.
    Pilar

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  3. Partir confesando que estoy confundida y creo que mi confusión puede aclararme. Estoy confundida porque veo que el mismo concepto, transferencia, es usado, manipulado y “manoseado” de diversas maneras y algunas de ellas, a veces, opuestas. Es lo que pasa con ciertos conceptos técnicos que terminan siendo más populares, como la histeria o incluso el amor. El peligro en esto está en meter todo dentro del mismo saco, por lo que es necesario hacer distinciones, distinciones que al mismo Freud le habrían servido para aclarar su teoría.
    Partamos por el consenso de que no vamos a llegar a ningún consenso, al final, todo depende del lente con que se mira el fenómeno y todos nuestros lentes son diferentes entre sí y nunca vamos a saber si realmente estamos observando el mismo fenómeno.
    Mi lente: leo lo que dice Viviana respecto a las divergencias del uso del término en los autores, reflexiono respecto a lo visto en otras clases, que, según mi poca comprensión de lo lacaniano, en esta orientación puede haber incluso una transferencia con una institución ¡¿y qué pasó con la relación entre personas?! Creo que aquí es donde mi confusión empieza a aclararme... Según mi postura la transferencia requiere dos personas, en un encuentro, en una relación TERAPEÚTICA, todo lo demás son fenómenos semejantes a esto, pero no iguales. ¿Por qué? Porque la transferencia fue “creada” (o descubierta) con fines terapéuticos, como una “herramienta” como bien decía Pilar. Es el nombre de un fenómeno que ocurre dentro de cierto encuadre específico y que se utiliza de una manera particular también. “Esta lucha entre médico y paciente, entre intelecto y vida pulsional, entre discernir y querer <>, se desenvuelve –casi exclusivamente- en torno de los fenómenos transferenciales” (Freud, 1912). Aquí Freud deja claro que es algo que ocurre únicamente entre médico (o analista) y paciente. Ahora bien, esto puede ser una punta del fenómeno visto desde un lado psicoanalítico y que no tiene por qué corresponder con el fenómeno en su totalidad. Otro ámbito de lo mismo puede ser lo que ocurre en la vida cotidiana, pero no por eso estamos hablando de lo mismo que habla Freud cuando habla de transferencia. Es como si fueran dos pedazos distintos de la misma torta, cada uno con sabores particulares, pero con algo en común. Son distintas porque ya con el hecho de nombrar el fenómeno, de simbolizarlo de una manera particular, desde un foco específico, se crea una separación con la realidad misma del fenómeno.
    Lo que ocurre en las relaciones cotidianas entre dos personas es algo teorizado por muchos de diversas maneras: es la consecuencia de que seamos seres sociales, es la repetición de un patrón de apego adquirido en la infancia temprana, es la expresión de nuestra estructura, etc. Lo que sí podemos decir, es que sea cual sea la razón por la que actuamos así, lo hacemos, es inevitable. Zubiri dice que cada sujeto, cada cosa en el mundo se encuentra inserto en un entramado de relaciones que le dan su identidad. La pregunta es si la persona, por sus características, por su identidad, fue la que “escogió” dichas relaciones y entramarse de esa manera, o fue la forma en que la entramaron que hizo que su identidad fuera tal. A lo mejor son ambas y termino más confundida de lo que empecé...

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  4. El ámbito teórico de la clínica, emerge desde la praxis y la búsqueda de transformar la realidad del paciente. Por ende, los conceptos son complejos y difíciles de acotar a un significado absoluto, en cuanto buscan comprender la complejidad de los fenómenos humanos
    En este sentido, la transferencia me surge como un concepto difícil de explicar y entender, sobre todo por su contenido paradójico; el de obstaculizar la cura y al mismo tiempo impulsarla hacia adelante. Desde mi reflexión a partir de lo visto en ayudantía, me surge la duda, respecto de cual es el carácter particular de la transferencia en el contexto terapéutico.
    Si bien, por una parte, considero que la transferencia se puede dar a nivel de las relaciones humanas en general, en cuanto se ponen en juego aspectos de nuestro inconsciente y relaciones tempranas en cada relación humana que entablamos, para mi el carácter particular de la transferencia terapéutica, es que se da por medio de un “interprete” (el terapeuta), el cual pone en orbita los aspectos inconscientes del paciente y de sus relaciones tempranas, y lograr catalizar dichos contenidos a favor de la cura.
    Ello no se da en las relaciones humanas “naturales”, en la medida que cada uno se queda con su propias trasferencias, y no es posible elaborar, desde otro, aquello que nos ocurre o deja de ocurrir frente a la relación con aquel que amamos y/o odiamos de manera clara e inconsciente.
    Es por lo anterior, que considero que si bien, la transferencia como concepto emerge del psicoanálisis como una herramienta al servicio del tratamiento del paciente, y por ende es necesario remitirse a dicha teoría para su comprensión, el fenómeno en sí no es privativo de dicho ámbito, en la medida que las relaciones humanas se generan, con la puesta en juego de aspectos inconscientes y de nuestros primeros vínculos.

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  5. Al leer los comentarios anteriores quedo con la sensación, como se dijo, que la transferencia es un término ya muy extendido en la psicología en general, que nos deja ese sabor a confusión y a “manoseado”. Tal vez nos ha tocado ver como muchos colegas o nosotros mismos usamos el término transferencia como sinónimo de estar con un paciente en un lugar concreto, como sinónimo del acto de psicoterapia. Sin embargo lo que me queda de los textos leídos la semana pasada, es que la transferencia es un fenómeno que va mucho más allá del simple estar con alguien, podría acercarse a una actualización en análisis (con el analista) de nuestras dinámicas inconscientes de relación y la utilización de este movimiento para poner consciente nuestras creencias y conflictos más profundos y llevarlos a resolución, sublimación, etc. Quisiera explicarme más aquí de por qué la veo como una situación propia del psicoanálisis.
    En ayudantía me acuerdo de haber opinado que la transferencia es algo constitutivo de la neurosis (más bien del neurótico) por lo tanto se daría en cada relación, en cada instante, en cada vínculo. Pero leyendo la reflexión de la ayudantía y los comentarios anteriores, me parece que la transferencia es algo propio de lo psicoanalítico, es la “herramienta” como se dijo antes, pues tiene el componente de lo inconsciente, más bien de esa relación entre el inconsciente del paciente con el inconsciente del terapeuta, que la hace propia de la materia del estudio del psicoanálisis. Freud hablaba en los textos leídos de que es la fuerza con que se manifiesta la transferencia en psicoanálisis lo que la diferencia de esa transferencia que se da en instituciones o en un amor de la vida cotidiana. Es la fuerza con la cual el inconsciente pone en juego sus creencias, sus conflictos, la fuerza que NO permite asociar ni escuchar, que nos nubla en análisis y que es resistencia, la que distingue a esta transferencia de otros tipos de “transferencia”. Para mí, es lo inconsciente y sobre todo COMO SE MUESTRA (como se relaciona) lo inconsciente (como puesta en escena de nosotros como sujetos en relación a ese gran Otro interpretado por el analista) lo que hace que la transferencia sea psicoanalítica.
    De esta idea saldría que todas las demás relaciones en donde se pone en juego lo inconsciente (ósea todas) no serían transferencia por no tener al psicoanálisis como base. En todo tipo de vínculos se pone en juego lo inconsciente, no podemos conocer a alguien (como se dijo) sin tener nuestra posición como sujetos del icc “entrometiéndose”. Sin embargo, para responder a las preguntas planteadas por Saúl, estos otros tipos de vínculos no serían transferencia para mí por no estar bajo la lupa de lo psicoanalítico. Serían otros tipos de relaciones, otros tipos de vínculos, mas no el tipo de vínculo típico en psicoanálisis, que es la transferencia. Entonces, sí, es el setting, es el encuadre, es la asociación libre, la interpretación, los test proyectivos, el corte, etc., pero más importante es la acción de un analista y del psicoanálisis, lo que permite que en ALGÚN momento se instale la transferencia, pues son los encargados de tratar de llegar al inconsciente, de mostrarlo, llevarlo a la luz y después trabajar con él.
    Me surge una inquietud con tratar de dar una respuesta tan decisiva, tan de blanco o negro, y es que en cualquier momento la experiencia nos demuestra lo contrario. Pasa que en cualquier relación, el icc se puede mostrar con una fuerza más potente, pueden nuestras pulsiones dominar la relación con los demás, podemos mostrar más de nosotros como sujetos del icc, que en un psicoanálisis. Pero no es sólo lo inconsciente lo que hace la transferencia, sino también la relación de lo icc con el psicoanálisis y esto implica la relación entre el analista y su paciente, la dinámica ahí propuesta. Es esta forma de enfrentar la forma de ser humano, los misterios de éste, que permite la transferencia, como también ser neurótico (y no “normal”) y sobre todo, el acto del psicoanálisis.

    Pd: sorry por lo tarde y lo extenso.

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